"Cuando quedas atrapado en la destrucción,debes abrir una puerta a la creación. ...Soy lo que soy."

"Me niego a vivir en un mundo ordinario...como una mujer ordinaria.
A establecer relaciones ordinarias.
Necesito el éxtasis.
Soy una neurótica, en el sentido de que vivo mi mundo.
No me adaptaré al mundo...me adapto a mi misma"...
(Anaís Nin)

martes, 27 de marzo de 2007

JORGE TELLIER

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BOTELLA AL MAR

Y tú quieres oír, tú quieres entender.
Y yo te digo: olvida lo que oyes, lees o escribes.
Lo que escribo no es para ti, ni para mí, ni
para los iniciados. Es para la niña que nadie
saca a bailar, es para los hermanos que
afrontan la borrachera y a quienes desdeñan
los que se creen santos, profetas o poderosos.

De "Cartas para reinas y otras primaveras" 1985



ANDENES

Te gusta llegar a la estación
cuando el reloj de pared tictaquea,
tictaquea en la oficina del jefe-estación.
Cuando la tarde cierra sus párpados
de viajera fatigada
y los rieles ya se pierden
bajo el hollín de la oscuridad.


Te gusta quedarte en la estación desierta
cuando no puedes abolir la memoria,
como las nubes de vapor
los contornos de las locomotoras,
y te gusta ver pasar al viento
que silba como un vagabundo
aburrido de caminar sobre los rieles.


Tictaqueo del reloj.
Ves de nuevo
los pueblos cuyos nombres nunca aprendiste,
el pueblo donde querías llegar
como el niño el día de su cumpleaños
y los viajes de vuelta de vacaciones
cuando eras -para los parientes que te esperaban
-sólo un alumno fracasado con olor a cerveza.


Tictaqueo del reloj.
El jefe-estaciónjuega un solitario.
El reloj sigue diciendo
que la noche es el único trenque puede llegar a este pueblo,
y a ti te gusta estar inmóvil escuchándolo
mientras el hollín de la oscuridad
hace desaparecer los durmientes de la vía.




CUANDO EN LA TARDE APAREZCO EN LOS ESPEJOS...

Cuando en la tarde aparezco en los espejos
Cuando yo y la tarde queríamos unirnos
Tristemente nos despedimos
Tristemente nos hablamos
en el espejo que disuelve las imágenes


Quién soy entonces Quizás por un momento
de verdad soy yo que me encuentro
Quién soy yo sino nadie
Alguien que quisiera pasarse los días y los días
Como un solo domingo


Mirando los últimos reflejos del sol en los vidrios
Mirando a un anciano que da de comer a las palomas
Y a los evangélicos que predican el fin del mundo
Cuando en la tarde no soy nadie


Entonces las cosas me reconocen
Soy de nuevo pequeño
Soy quien debiera ser
Y la niebla borra la cara
de los relojes en los campanarios.


ESTAS PALABRAS

Estas palabras quieren ser
un puñado de cerezas
-un susurro -
¿para quién?-
entre una y otra oscuridad.
Sí, un puñado de cerezas,
un susurro -
¿para quién?
-entre una
y otra oscuridad.


EN LA SECRETA CASA DE LA NOCHE

Cuando ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche
a la hora en que los pescadores furtivos
reparan sus redes tras los matorrales,
aunque todas las estrellas cayeran
yo no tendría ningún deseo que pedirles.


Y no importa que el viento olvide mi nombre
y pase dando gritos burlones
como un campesino ebrio que vuelve de la feria,
porque ella y yo estamos ocultos
en la secreta casa de la noche.


Ella pasea por mi cuarto
como la sombra desnuda
de los manzanos en el muro,
y su cuerpo se enciende como un árbol de pascua
para una fiesta de ángeles perdidos.


El temporal del último tren
pasa remeciendo las casas de madera.
Las madres cierran todas las puertas
y los pescadores furtivos van a repletar sus redes
mientras ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche.




PUENTE EN EL SUR

Ayer he recordado un día de claro invierno.
He recordadoun puente sobre el río,
un río robándole azul al cielo.
Mi amor era menos que nada en ese puente.
Una naranja undiéndose en las aguas,
una voz que no sabe a quién llama,
una gaviota cuyo brillo se
deshizo entre los pinos.
Ayer he recordado que no se
es nadie sobre un puente
cuando el invierno sueña
con la claridad de otra estación,
y se quiere ser una hoja inmóvil
en el sueño del invierno,
y el amor es menos que una naranja
perdiéndose en las aguas,
menos que una gaviota
cuya luz se extingue entre los pinos



QUÉ HISTORIA ES ÉSTA

Qué historia es ésta y cuál es su final?
Ya no quiero ser más vendedor de palabras.
Ya mi cabeza está demasiado aturdida
y mi canción es sólo un montón de hojas muertas.
Me da lo mismo la ciudad que el campo.
Trataré de olvidar los poemas y los libros
abrigaré mi cuello con una vieja bufanda
y me echaré un pan en el bolsillo.
Oleré a mal vino y suciedad
enturbiando los limpios mediodías.
Y me haré el tonto a propósito de todo.
Y sin tener necesidad de triunfar o fracasar
trataré que la escarcha cubra mi pasado
porque no puedo sino hacer estupideces
seguir caminando en estos tiempos.



MELUSINA

Infiel como el ala de los pájaros infieles
tú siempre serás mía:
los eucaliptus sangraban,
un caballo ciego fue a agonizar entre los rieles
porque no quería ver el fin de nuestro amor
mientras se marchitaban los dedales
de oro sembrados por un loco.
Tú siempre serás mía.
Infiel como el ala de los pájaros infieles.



SENTADOS FRENTE AL FUEGO

Sentados frente al fuego que envejece
miro su rostro sin decir palabra.
Miro el jarro de greda donde aún queda vino,
miro nuestras sombras movidas por las llamas.
Ésta es la misma estación que descubrimos juntos,
a pesar de su rostro frente al fuego,
y de nuestras sombras movidas por las llamas.
Quizás si yo pudiera encontrar una palabra.
Ésta es la misma estación que descubrimos juntos:
aún cae una gotera, brilla el cerezo tras la lluvia.
Pero nuestras sombras movidas por las llamas
viven mas que nosotros.
Sí, ésta es la misma estación que descubrimos juntos:
-Yo llenaba esas manos de cerezas, esas
manos llenaban mi vaso de vino-.
Ella mira el fuego que envejece.

1 comentario:

Luis Navarro N. dijo...

Gracias por la selección de Tellier y la ventana a otros poetas que no conozco y que ahora leeré... No dejes de publicar.